1.El gobierno le hace un favor al pueblo cuando le regala cosas.
¡Falso!
El famoso economista Milton Friedman ha advertido que “no existe tal cosa como un almuerzo gratis”. Cuando el gobierno regala cosas se crea un sistema de incentivos donde las personas prefieren sentarse a esperar que el gobierno le regale cosas a cambio de su voto, en vez de salir a buscar un empleo y ganarse las cosas por sí mismos. Esto produce toda una generación de personas estancadas en la pobreza ya que nunca vieron la necesidad de adquirir las habilidades necesarias para tener un empleo.
2.Los servicios públicos que son manejados por el gobierno son más baratos porque al gobierno no le interesa las ganancias, si no servir al pueblo.
¡Falso!
Cualquier empresa, ya sea pública o privada, tiene gastos de operación que son inevitables (pagar planillas, inversiones a su infraestructura, etc.). Muchas veces, los gobiernos asumen los costos operativos de las empresas estatales usando dinero del presupuesto del estado. Esto lo hacen para poder seguir ofreciendo servicios a bajo costo, sin enojar al pueblo. Lo que se tiene que entender es que cuando el gobierno asume esos costos inevitables, está subsidiando un servicio por lo que tendrá que sacar el dinero de otro lado. Esto lo deja con dos opciones: (1) o sacar ese dinero del dinero que usa para pagarle a los empleados públicos como profesores de escuelas públicas y policías, por ejemplo, o (2) pedir préstamos y endeudar al estado. Ningún banco quiere prestarle dinero a una empresa que gasta más de lo que produce, por lo que la única opción es el subsidio. Lo que en este caso disminuiría la calidad del sector de donde se sacó el dinero.
3.Subir el salario mínimo significa mejorar la calidad de vida de los panameños.
¡Falso!
Aunque suene muy noble la idea, cuando se sube el salario mínimo se sube el costo de la vida. Al subirle el costo de tener un empleado, las empresas le pasan el costo al consumidor o despiden al empleado. Cada vez que se produce un alza en el salario mínimo, ocurren despidos o un alza en el costo de la vida de todos.
4. Controlar los precios de la canasta básica es ayudar al panameño más humilde.
¡Falso!
Al controlar el precio de los productos que contiene la canasta básica, limitamos la ganancia del productor nacional. Es decir, si una persona que crece cebolla en el interior y le cuesta 1 dólar producirla, pero el gobierno le dice al súper mercado que solo la puede vender a 90 centavos, el negocio no va a ofrecerle un precio que le genere ganancia al productor. Por lo que el productor va a dejar de producir cebolla y el súper mercado dejara de venderla. Esto produce una escasez de productos locales y obliga a los negocios a importar productos que no estén sujetos a los controles de la canasta básica, o a que el gobierno importe el producto y lo venda más barato efectivamente convirtiéndose en un subsidio que como ya aprendimos no es más que una manera indirecta en la que el pueblo paga.
5. Proteger los empleos de los panameños excesivamente y cerrar el mercado laboral a los extranjeros es beneficioso para los panameños.
¡Falso!
Cuando cerramos el mercado laboral desaceleramos la economía. Muchas veces los inmigrantes llenan las posiciones que los panameños no queremos o no podemos llenar. Al llenar las que los panameños no quieren, se ofrecen servicios que no existían, o que eran escasos y el precio de ese servicio disminuye. Al llenar posiciones que los panameños no podemos llenar, el inmigrante aporta al desarrollo de nuestra economía y al mejoramiento de las industrias adonde participen.
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